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La Asociación de Mujeres Defensoras de la Vida AMDV surge en el Municipio de Orocuina, Departamento de Choluteca en el año de 1991 como una iniciativa de fabricación y utilización de Hornos Solares, presentado a un grupo de mujeres campesinas, organizadas en torno a Iglesia Católica de la Parroquia de Orocuina. A partir de esta fecha se inicia un proceso de experiencias en diferentes Municipios del Departamento de Choluteca y posteriormente en Valle, impulsado por el grupo de mujeres.
El 8 de mayo de 1996 el Ministerio de Gobernación y justicia concedió la personería jurídica, misma que fue publicada en el Diario Oficial La Gaceta el sábado 15 de junio de 1996, desde entonces se trabaja con las mujeres para propiciar su involucramiento y participación activa en la toma de decisiones para la promoción el desarrollo de sus comunidades, para el cambio económico, social y político de la zona Sur.

Contexto de país

Honduras cuenta con una población estimada de 9.656.299 habitantes, donde el 52% lo constituyen las mujeres, de las cuales, el  56.2% se concentran en el área urbana y el 43.8% en el área rural; también, el 53% del total de la población en edad para trabajar es representado por hondureñas.

En el país la distribución irregular del ingreso es predominante, el 73% de la población es pobre y que un 53% vive en situación de pobreza extrema (INE, 2022). En relación con los condicionantes de género que definen la pobreza económica de las mujeres en  Honduras se puede sintetizar en los siguientes cinco aspectos:

  1. Una buena parte del trabajo que realizan las mujeres no tiene remuneración y su aporte a la economía del hogar es invisibilizado.
  2. La participación de las mujeres en el mercado de trabajo no la libera de la carga de las actividades de cuidado, aumentando con ella la cantidad de horas de trabajo y reduciendo su participación en los espacios políticos, y limitando sus espacios para el esparcimiento y desarrollo de capacidades.
  3. A nivel nacional la tasa de desempleo para las mujeres es de 11% (INE, 2022).
  4. En condiciones similares de trabajo a la del hombre sus ingresos son más bajos. El 45.0% de las mujeres en Honduras trabajan como cuenta propia (INE, 2022).
  5. El acceso de las mujeres a la propiedad de la tierra y al capital es limitado o nulo, por aspectos culturales y estructurales, por lo que la obtención de ingresos por actividades productivas es escasa. Solo 14 % de las mujeres rurales tienen tierras en Honduras y 70 % son pobres (AMVCH, 2022).

El fenómeno de la violencia contra las mujeres es un problema social, que afecta no solamente a quienes la padecen, sino a la  sociedad en su conjunto. La volencia física, emocional y sexual pone en riesgo la integridad y la vida de las mujeres que la enfrentan, impidiéndoles, además, su plena incorporación a la  vida social, cultural, y económica. En el caso de las mujeres, los datos estadísticos disponibles a nivel nacional e internacional muestran que existe mayor incidencia de violencia en su contra dentro del círculo familiar, pero también en otros espacios como: el trabajo, la comunidad y la escuela. Estas  manifestaciones de violencia evidencian son  producto de la estructura social  donde predomina la desigualdad entre géneros, la opresión y la discriminación en contra de las mujeres. Para el Estado de Honduras la violencia contra las mujeres se reconoce como una violación a los derechos humanos, existe un amplio marco de compromisos internacionales para enfrentar el problema de la  violencia contra las mujeres, así como asegurar su acceso ajusticia y de manera efectiva y la reparación del daño por los delitos cometidos en contra DDMM.